martes, 21 de febrero de 2012

Como para un colectivo y no morir en el intento:


Como para un colectivo y no morir en el intento:

Estuve observando a lo largo de este tiempo y noté algunas cosas que jamás había notado; por ejemplo como parar un colectivo y/o taxi.
Viste que en las películas se escucha un: “sh sh, ¡taxi!”- y el Tachero para de toque…Acá en la 9 de Julio con el quilombo de tránsito que hay, llegas a hacer “sh sh taxi” y el tachero se baja con el traba volante y te empieza a correr pensando que lo puteaste, apuraste o simplemente no entendiste como parar un maldito taxi.
Me di cuenta que hay gente que para los colectivos por ejemplo con el dedito señalando al mas allá…y los ves como haciendo fuerza, mucha fuerza con tal dedo, como si tuvieran la barita mágica de Harry Potter, y si el colectivo no para se arma la hecatombe mundial. Digo, por la varita, se armaría un “Harry Potter y el colectivero maldito filosofal”.
Otra clase de gente es esa que actúa como que están desganadas y extienden apenitas el bracito…y es ahí cuando el colectivero no entiende si lo está parando o lo está saludando.
Algunos con como mas directos, levantan el brazo y aclaran para qué tipo de colectivo se refiere (por ejemplo en los lugares donde paran 2 o 3 líneas distintas. Es como que con la simple extensión del brazo les avisa “A vos no, al de atrás!”
Todo este lenguaje, claro, el colectivero lo percibe, lo entiende o no. Por ejemplo el otro día un señor delante de mí quería parar el colectivo, pero el primero iba muy lleno, entonces se quería tomar el de atrás. Al no hacer la extensión correcta de brazo “paracolectivo” el de adelante frenó, y el de atrás siguió de largo haciéndose bien el pelotudo!!! Sí, porque los colectiveros disfrutan que uno esté ahí como un boludo esperando y cuando vienen dos seguidos dicen:- “ah, ¿encima selectiva?, jodete, tomate el mas lleno por quisquillosa”.
Y vos ves como el segundo colectivo va vacío, feliz y encima a la par del tuyo, que va recogiendo a todos los que el segundo no puede…o no quiere…hasta que bueno te falta el aire, se te llenó de gente el lugar  y por suerte lo pudiste perder de vista.
Ahora volviendo al tema del brazo “paracolectivo”, de todos los que resalté antes, ninguno supera el famoso “me pongo delante del colectivo y si no para que me pise”. En este caso no solo hay brazo extendido, sino que si los brazos fueran de goma los estirarían hasta cortar la calle. Estos inconscientes paradores de colectivos, suelen bajar del cordón y ponerse en frente del vehiculo que viene a mil, no frena ni en pedo y si te pisa se arma “alto bondi”.
Yo siempre me pongo en la fila equivocada, y por alguna razón siempre una señora se hace la boluda y se pone delante de todos y cuando el colectivo frena, sube como si estuviera sola en el mundo. Y a mi no me gusta andar peleando así que la miro con cara de nada y por dentro tengo ganas de gritarle de todo.
En fin, yo siempre elijo la opción de levantar un toque el brazo (medio vago) dejarlo 5 segundos en firme y esperar. Ojo, me pasa que no se cuándo debo levantar el brazo. Porque hay gente que extiende el mismo cuando el colectivo apenas ni se ve…está a 3 cuadras de distancia!!! Y así se quedan con el brazo duro…hasta que llega. Es mas…creo que de tanto estirar el brazo suben en la misma posición y lo van bajando de a poco…a método elongativo, de a poco.
Y después están los que hacen todo lo contrario…de tan vagos que son, ni levantan el brazo…hasta que el colectivo viene a las chapas y cuando esta por pasar por al lado ellos ahí se les ocurre hacer una extensión …y también suele armarse una gran frenada, un “¿por que no me avisaste antes?” (Frase del señor colectivero) y todos esos acontecimientos que terminan en quilombo.
Ahora una vez dentro del móvil, ¿Se pide permiso a la par de que se empuja? ¿O se pide permiso, se espera a que el otro corra medio centímetro de pie y se haga el boludo? Porque eso también me pasa, noto que cuando pido permiso nadie se corre, y si toco a alguien (en un lugar donde hay 50 personas todas pegaditas entre ellas) me miran con cara de  Loca me estás empujando”…y como a mí no me gusta el quilombo pongo mi mejor cara de boluda y me hago la que estoy perdiendo el equilibrio y por eso empujé…de ultima si tengo que simular un desmayo con tal de que no me peleen lo hago. Sí, les tengo miedo a los “discutidores viajantes”.Es gente que está esperando el más mínimo detalle para iniciar una pelea.
En fin, toda esta Odisea la vivo desde el primer bondi que me tomo hasta el ultimo…la próxima creo que no lo voy a parar y voy a probar el famoso:”sh sh, colectivo”….clásico neoyorquino.

Y después les cuento, gracias

sábado, 4 de febrero de 2012

lo cuentos que nos cuentan...


¿Alguna vez se pusieron a pensar en el tipo de cuentos que  contamos  o que nos contaron de chicos? Espejos que hablan, asesinos en serie, ranas que se convierten en príncipes, ¡sexo duro!...
Analicemos un cuento cualquiera:  Por ejemplo Caperucita Roja.

El cuento empieza diciendo que a Caperucita la llamaban así porque siempre iba con la misma caperuza puesta… ¡Hay que ser sucia! Obviamente, hay que ver lo sucios que eran en los cuentos, no se cambiaban nunca, pero en ninguno! Por ejemplo  Heidi, cuatrocientos capítulos con el mismo vestidito… O a Pedro, que estaba todo el día con las cabras. Menos mal que los cuentos no huelen…

En fin, La abuela de Caperucita estaba en medio del bosque, enferma y sola. ¿Y qué piensa la madre de Caperucita? En vez de mandarle un médico, le manda un pastel…Que medicina ni medicina…un pastel!!!  ¡Quiere matarla! Con el colesterol que se tiene a esas edades.

La madre de Caperucita era una psicópata. Porque sabiendo que hay un lobo en el bosque, le dice a su hija:
- Caperucita, llevale vos el pastel a la abuelita…
Y manda a la criatura. ¡¡¡Vestida de rojo!!! Para que se la vea bien de lejos… Eso sí, para disimular, le dice que si se encuentra con el lobo, no le hable. Lo único que le falta al lobo, que encima le caiga antipática la nena…

Bueno Caperucita, además de ser una sucia, estaba más colgada que un jamón… Va por el bosque, se encuentra con el lobo y se queda tan pancha… No entiendo por qué  la gente en los cuentos no se inmutaba por nada. A Cenicienta se le aparece un hada con un cucurucho en la cabeza, le convierte la calabaza en carroza, las ropas rotas en hermoso vestido y ella dice:
- ¡Ah, bueno dale!
Y luego, el hada la manda a la fiesta pero le dice:
- ¡A las doce en casa!
Pero, ¿Qué clase de encantamiento es éste? “A las doce en casa” Parece un encantamiento de madre. Seguro que Cenicienta le dijo:
- ¿¿¿Hasta las doce??? A mis amigas les dejan hasta la una!

Eso porque era una nena de antes… Deciselo a una piba de ahora y vas a ver lo que te contesta:
- ¿A que vengo a las doce menos cinco y se jode el cuento?

Pero sigo con Caperucita. Habíamos dejado a Caperucita con el lobo… Que buen truquito se manda  el lobo para comérsela, cuando se la pudo morfar en el bosque y nada más; no: la manda por el camino más largo, se come a la abuela, se pone su ropa… Yo creo que lo que quería era vestirse de abuelita. Para mí que el lobo no era tan feroz como lo pintan para mi que era medio carolo o algo así.

El caso es que cuando Caperucita llega a la casa se encuentra al lobo en la cama. ¿Cómo pudo confundir al lobo con su abuelita? ¿Tanto pelo tenía la abuela? No se dio cuenta que ahora tenía hocico?? Encima con tantas preguntas…que ojos grandes tienes, que orejas, que nariz!!! Flaca, date cuenta que no es tu abuela!!! Cualquiera puede venir en camisón y joderte la vida!!!
 El caso es que el lobo se come a Caperucita. Pero no pasa nada, porque llega un leñador, lo mata y le abre la tripa. Y allí salen las dos. Vamos a reflexionar un momento sobre esto, porque hay un detalle sobre el que siempre se ha pasado sutilmente: de la barriga salen las dos, la nieta con la caperuza (que seguramente se la va a volver a poner asisin lavarla son sangre y todo), pero… ¡la abuela está en pelotas! Claro, en pelotas, porque la ropa la llevaba el lobo ¿Cómo se les pasó este dato? La escenita es fuerte, ¿verdad?
En fin, estos cuentos son la base de nuestra educación y todos nos hemos criado escuchándolos… No me extraña que estemos como estamos.
En el próximo bloque analizaremos otro cuento….

Gracias,