jueves, 1 de julio de 2010

...tarde....

Tarde como siempre, llegó a su casa, se quitó el maquillaje y preparó su baño.
Tarde como siempre, soñó que era feliz.
Mientras borra su sonrisa dibujada, el reflejo de su espejo lo confunde y las luces lo molestan al igual que sus acciones.
Siempre dijeron que era genial, pero él nunca lo creyó.
Todos rieron con él, pero nadie lo vio llorar.
Un personaje único, que siempre parecía feliz, que siempre parecía inderribable y con una vida genial.
Todos se reían con el, pero nadie lo veía llorar.
Su sonrisa se borraba lentamente cuando se encontraba en su soledad. Sus lagrimas caían por las noches, tratando de soñar y de olvidar.
De a poco dejaba caer los pétalos que envolvían su fingida felicidad, de a poco quitaba su máscara y su traje multicolor, de a poco dejaba de ser lo que todos creían que era y pasaba a ser lo siempre fue. Lo que nunca olvidó.
Por las noches volvía a ser aquella persona triste, solitaria y oscura que siempre fue.
Otra noche mas que empieza y mañana otro día mas, otra sonrisa fingida que hará reír hasta el final. Pero el payaso no siempre es feliz y a veces quiere deja de brillar. El payaso no quiere risas ni aplausos, solo quiere descansar.

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