Se preguntaron alguna vez por qué a la gente se le da por escribir un diario íntimo? Se supone que es para guardar nuestros secretos más inconfesables. OK. ¡Y por eso los escribimos en un cuaderno!
Tu primer diario te lo regala tu mamá en plena edad de la pubertad: “Hija, como vas a empezar a tener secretos… Esto es para que escribas todo lo que te pasa…” Pero en realidad tu madre está pensando: “Esto es para que escribas todo lo que no te atreves a contarme y después yo lo pueda leer… y me entere de cuándo dejas de ser virgen” Pero tú, en tu inocencia, en la primera página, escribís: “Está terminantemente prohibido leer este diario” ¡Como si esto parara a una madre (o a un hermano)!
¡Pienso que los diarios deberían ser de camuflaje, para que nadie sobretodo tu mamá los encontrara! Pero no, todos los diarios son iguales: rosa chicle, con rebordes dorados y, por si tu mamá se confunde o tiene alguna duda, pone bien claro en la tapa “Mi Diario…intimo”. Vamos, la mía, cada mañana, en vez de leer el diario Clarín, leía mi diario.Hasta me corregía las faltas de ortografía!!!…
Así que empecé a utilizar claves secretas. Por ejemplo, al chico que me gustaba, que era fanático de los fierros, yo le decía “Ford” y escribía:
Estoy muy nerviosa, ayer el Ford me rozó con su alerón.
Y claro, mi mama al otro día me dice como de casualidad:
- Tené cuidado con los coches, no cruces sin mirar que cualquier día vamos a tener un disgusto…
Es curioso, porque aunque a nadie le enseñan a escribir en un diario, todo el mundo sigue las mismas reglas. Primero haces la presentación:
Éste es el diario secreto de ……………., tengo doce años, soy rubia y todo el mundo dice que soy altísima. Color preferido: azul. Animal preferido: perro. Mejor amiga: Marisa. Y luego ponemos “Querido diario…” ¿Por qué ponemos “querido diario”? Si este no nos va a contestar, no nos va a leer y no es una persona querida! Es un cuaderno!
Y cuando te pasa algo muy importante, haces dos cosas: pones la hora y lo subrayas tres veces.
Cuatro de la mañana. Querido diario: hoy Marisa y yo vimos a Tony el Heavy en el quiosco. Y cuándo nos preguntó si íbamos a su fiesta de egresados, me miró a mí.
Subrayado “a mí” tres veces… A mí, a mí, a mí.
Hay que reconocer que toda chica, en la entrada a la adolescencia, necesita escribir un diario porque está más llena de sentimientos que un libro de Claudio Maria Domínguez con Paulo Cohello:
2 de marzo. Me gusta Esteban.
3 de marzo. Me gusta Nico.
4 de marzo. Estoy saliendo con Esteban y con Nico, aunque me gusta Dani, pero no para salir.
Sin embargo, los chicos, como no son tan profundos, no suelen escribir un diario. Total, ¿Para qué? ¿Qué iban a escribir ellos durante la adolescencia? “Hoy me he clavé dos…” “Hoy me clavé diez…” Si hubiera diarios para chicos adolescentes deberían llevar la palabra “paja” ya de imprenta en cada hoja y el chico sólo tendría que poner el número delante. Encontrar algo de sensibilidad en el diario de un chico adolescente es más difícil que encontrar una aguja en un… pajar.
Después de la adolescencia, no volvés a tocar un diario hasta la siguiente crisis: los treinta años. No sabes por qué, pero un buen día te ves poniendo otra vez “Querido diario…” Lo que pasa es que ahora tenés conflictos más profundos:
Querido diario: hoy Loli y yo vimos a Fernando en la máquina de café. Y cuando pregunto si íbamos a la fiesta de fin de año… me a miró A MI.
Subrayado “a mí” tres veces… A mí, a mí, a mí…
Y al día siguiente escribís:
Cuatro de la mañana. Querido diario: El mediocre de Fernando lo que quería es que lo sustituyera el día de la fiesta de fin de año para irse con una zorra de metro ochenta…
Subrayado “zorra”.
Y te sentís tan patética que empezás a hacer balance de tu vida y recuperas tus antiguos diarios.
Tu primer diario te lo regala tu mamá en plena edad de la pubertad: “Hija, como vas a empezar a tener secretos… Esto es para que escribas todo lo que te pasa…” Pero en realidad tu madre está pensando: “Esto es para que escribas todo lo que no te atreves a contarme y después yo lo pueda leer… y me entere de cuándo dejas de ser virgen” Pero tú, en tu inocencia, en la primera página, escribís: “Está terminantemente prohibido leer este diario” ¡Como si esto parara a una madre (o a un hermano)!
¡Pienso que los diarios deberían ser de camuflaje, para que nadie sobretodo tu mamá los encontrara! Pero no, todos los diarios son iguales: rosa chicle, con rebordes dorados y, por si tu mamá se confunde o tiene alguna duda, pone bien claro en la tapa “Mi Diario…intimo”. Vamos, la mía, cada mañana, en vez de leer el diario Clarín, leía mi diario.Hasta me corregía las faltas de ortografía!!!…
Así que empecé a utilizar claves secretas. Por ejemplo, al chico que me gustaba, que era fanático de los fierros, yo le decía “Ford” y escribía:
Estoy muy nerviosa, ayer el Ford me rozó con su alerón.
Y claro, mi mama al otro día me dice como de casualidad:
- Tené cuidado con los coches, no cruces sin mirar que cualquier día vamos a tener un disgusto…
Es curioso, porque aunque a nadie le enseñan a escribir en un diario, todo el mundo sigue las mismas reglas. Primero haces la presentación:
Éste es el diario secreto de ……………., tengo doce años, soy rubia y todo el mundo dice que soy altísima. Color preferido: azul. Animal preferido: perro. Mejor amiga: Marisa. Y luego ponemos “Querido diario…” ¿Por qué ponemos “querido diario”? Si este no nos va a contestar, no nos va a leer y no es una persona querida! Es un cuaderno!
Y cuando te pasa algo muy importante, haces dos cosas: pones la hora y lo subrayas tres veces.
Cuatro de la mañana. Querido diario: hoy Marisa y yo vimos a Tony el Heavy en el quiosco. Y cuándo nos preguntó si íbamos a su fiesta de egresados, me miró a mí.
Subrayado “a mí” tres veces… A mí, a mí, a mí.
Hay que reconocer que toda chica, en la entrada a la adolescencia, necesita escribir un diario porque está más llena de sentimientos que un libro de Claudio Maria Domínguez con Paulo Cohello:
2 de marzo. Me gusta Esteban.
3 de marzo. Me gusta Nico.
4 de marzo. Estoy saliendo con Esteban y con Nico, aunque me gusta Dani, pero no para salir.
Sin embargo, los chicos, como no son tan profundos, no suelen escribir un diario. Total, ¿Para qué? ¿Qué iban a escribir ellos durante la adolescencia? “Hoy me he clavé dos…” “Hoy me clavé diez…” Si hubiera diarios para chicos adolescentes deberían llevar la palabra “paja” ya de imprenta en cada hoja y el chico sólo tendría que poner el número delante. Encontrar algo de sensibilidad en el diario de un chico adolescente es más difícil que encontrar una aguja en un… pajar.
Después de la adolescencia, no volvés a tocar un diario hasta la siguiente crisis: los treinta años. No sabes por qué, pero un buen día te ves poniendo otra vez “Querido diario…” Lo que pasa es que ahora tenés conflictos más profundos:
Querido diario: hoy Loli y yo vimos a Fernando en la máquina de café. Y cuando pregunto si íbamos a la fiesta de fin de año… me a miró A MI.
Subrayado “a mí” tres veces… A mí, a mí, a mí…
Y al día siguiente escribís:
Cuatro de la mañana. Querido diario: El mediocre de Fernando lo que quería es que lo sustituyera el día de la fiesta de fin de año para irse con una zorra de metro ochenta…
Subrayado “zorra”.
Y te sentís tan patética que empezás a hacer balance de tu vida y recuperas tus antiguos diarios.
Y lees: “Querido diario, cuando sea mayor quiero ser modelo, como dicen que soy tan alta…” “Me gusta Dani, pero no para salir” Y pensás: ¡Mírala a ella, qué exquisita! Si yo veo a Dani ahora, lo quiero para salir, para entrar, para salir, para entrar…y así sucesivamente.
Pero ya por fin te hundís hasta el fondo cuan lees: “A la mieerda, en el 2015 tendré treinta años… ¡qué vieja!” ¡viejaaaa!
Pero ya por fin te hundís hasta el fondo cuan lees: “A la mieerda, en el 2015 tendré treinta años… ¡qué vieja!” ¡viejaaaa!
Si esta pendeja pensaba que a los 30 una ya estaba vieja, ojalá que a los 40 no vuelva a agarrar este puto diario que lo único que hace es recordarme que tan joven era…!!!
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